domingo, 24 de marzo de 2019

JORNADAS CRIAR EN COMUNIDAD - LAS REDES EN LA CRIANZA (Rivas, 22 de Marzo de 2019)

Entrar a escribir al blog, y ver que hace 2 añitos que no contábamos nada..... da una mezcla de nostalgia y alegría. Porque tras un tiempo de obligado barbecho, parece que resurgimos cual Ave Fénix..

La llamada de las compañeras de Infancia Rivas para hacer la apertura de estas Jornadas fue todo un subidón. (Cierto es que el año pasado hicimos alguna cosita aquí, , cuyo contenido tenemos que colgar, y que a principios de año nuestra compañera La Colasa  nos hizo de link para otra cosita q está por venir... y que ya os contaremos). Fue hermoso estar al lado de las compañeras y compañeros de Ubuntu, Entremamás, Pirouette Cacahuete, Padres por la Igualdad y Trest-Teca. Qué cosas tan increíbles se pueden dar cuando trabajamos en colectivo, y además estamos apoyadas por las instituciones. Hacía tiempo que no se ofrecía la oportunidad de tener voz en espacios públicos, así que con mucha ilusión, allá que me puse a reflexionar... Y aquí os dejo la charla. Deseo que os remueva -por lo punky-, q os alivie -por sentiros identificadas en algunos puntos-, y sobre todo, que os anime a seguir adelante, a seguir a pesar de todo, intentando criar lo más respetuosamente posible a las personitas del presente y futuro que ahora están a nuestro cuidado, y SIN MORIR EN EL INTENTO! 

(gracias infinitas a Ana Amelia, Helena, Paula y Natalia, del Bhima Shanga de Rivas, porque volver allí siempre es estar en casa, por la fuerza, el currazo, y la complicidad)

"JORNADAS CRIANZA EN RED
CENTRO DE RECURSOS PARA LA INFANCIA BHIMA SANGHA - RIVAS 
VIERNES 22 DE MARZO DE 2019

No quería empezar esta pequeña reflexión que os voy a compartir, sin primero dar las GRACIAS, así con mayúsculas, a las compañeras de Infancia Rivas por invitarme no sólo a participar, sino a abrir este encuentro. Es un lugar de protagonismo, en el que las mujeres-madres no solemos estar. Las mujeres-madres no participamos normalmente de los espacios públicos por el hecho de nuestras maternidades. Las mujeres podemos tener VOZ por otros aspectos, normalmente relacionados con nuestras profesiones. Pero… ¿cómo madres? ¿qué tienen o qué tenemos las madres que decir?

Y esta es mi primera reflexión: a mí, la maternidad, me sacó de golpe del espacio público, del espacio donde ocurren las cosas, del espacio donde tener voz, de esa voz que cuenta a la hora de tomar decisiones. Y desde este lugar autobiográfico, voy a continuar todo el hilo de la exposición, por aquello de que "lo personal es político"... 

Y fíjense que no me quejo: soy una de las mujeres privilegiadas que ha podido vivir su maternidad (un poco) de una manera consciente y elegida. Privilegiada y agotada, eso sí, pero privilegiada seguro, por el sólo hecho de poder pensar y hacer algo diferente en la crianza de mi hija.

Empecemos por el principio: cuando me quedé embarazada, tenía las mismas ideas que desde pequeña me habían inculcado: incluso me regalaron una cuna –jajajaja… sirvió para dejar la ropa sucia los 6 meses siguientes... seguro que todas recordamos esa sensación de no entender porqué no te daba tiempo a lavar la ropa.. ni los cacharros... ni tu pelo..... -. No leí mucho sobre la crianza, me dediqué a gozar mi embarazo, ya que fue un estado físico inigualable… y...  esa sensación de “todo me resbala”… qué sabio es el cuerpo, verdad? No quiero dejar de nombrar que durante mi embarazo, también, dimití de un trabajo que no me dejaba dormir tranquila, rompí algún vínculo tóxico, y empecé a conectar con que… lo que venía… tenía que estar preparada.

Sí leí, fíjense qué cosas, sobre lo del parto. Como que me daba miedo. Para ser honestas: PÁNICO! No había oído hablar a ninguna mujer de su parto de una forma que no fuera con dolor, con angustia, que si "la horita corta", y ..... . Vamos, que estaba aterrada. Leí y leí, y hasta me planteéel parto en casa… pero todo mi entorno me tachó de loca. Nadie me apoyó. Y aquí empieza la historia de ausencia de apoyos en la maternidad, que es el hilo conductor de la Jornada de este día. Porque al sentir la falta de apoyo, al ser consciente de ella, una busca su RED, CREA SUS REDES, VUELVE A SER CONSCIENTE DE SU PODER, Y PONE SU VOZ DONDE LA TIENE QUE PONER. Así que por ese lado, soledad, bienvenida fuiste..

Obviamente tuve un parto hospitalario no-respetado, como un alto porcentaje de las mujeres que parimos en hospitales. Con una Kristeller incluída. Nunca olvidaré a mi matrona, Pilar, mujer que una vez que ya estaba todo perdido –me habían enchufado oxitocina, epidural, y llevaba más de 12 horas en agonía-, se dedicó unas 6 horas a masajearme el periné, de forma que cuando mi hija por fin logró salir, me hice un mínimo desgarro de 2 puntos. Gracias a mi matrona, a Pilar, conseguí un parto vaginal, y no me hago pis cuando estornudo. Muy grande el trabajo de estas mujeres, dentro de un sistema que no está hecho para el respeto a nuestros cuerpos y a nuestros procesos.

Cuando me quise quejar del trato en el hospital –sálvese pilar-, también  me quedé sola. Que si eso era normal, que ahora no aguantábamos nada, y que mírame que bien estaba yo y la niña. Nada, que callada y contenta debía estar yo más guapa.


Me fui a casa con tal dolor bajo el pecho de la maniobra Kristeller, que en 2 semanas casi no podía sostener a mi hija. Empezamos con la lactancia, y cuando mis pechos tomaron forma de cuadrado, literal, sin saber muy bien qué hacer, fui a la farmacia a comprar un sacaleches –qué ilusa, esa máquina del mal! Eso no lo ha inventado una mujer... -. y afortunadamente no tenían. Otra mujer CASI DESCONOCIDA, como mi querida Pilar, me salvó en aquél momento. Mi farmaceútica de toda la vida (que con esas prisas q vivimos, no sé ni su nombre para rendirle aquí homenaje), me dijo que no hacía falta. Me explicó que necesitaba ducharme con agua caliente y “ordeñarme” un poco, para que la bebé tuviera suficiente fuerza de succiòn a la hora de mamar. Yo ya lloraba del dolor, así q salí pitando sin darle casi las gracias a la susodicha ducha. Mano de santa. A partir de ese momento, la lactancia fue un acto animal perfecto, como se suponía que tenía que ser. NO SABÍA NADA DE LA LACTANCIA. No había oído a ninguna mujer hablar de dolor, de dificultades, de mastitis ni de grietas del infierno. NO HABLAMOS DE LO QUE "NO MOLA" DE LA CRIANZA. Y eso, amigas, también nos va dejando solas.... 

Ahí ya con la teta controlada, empezó mi idilio de amor con mi hija, Kumba. Me empecé a sentir como una leona, sólo quería estar con ella, dormir con ella, darle de mamar, y que nadie la tocara ni nos rompiera el ritmo. ¡no entendía nada de lo que me pasaba! Y ahì sí, empecé a leer. Uau…. Se abrió el mundo de la “crianza respetuosa” ante mis ojos de leona, en un estado animal que nunca antes había conocido.

Y según se abría el mundo de la crianza respetuosa..., se iba cerrando el mundo de mi vida social "anterior". Porque hay un A.H y D.H (antes de hija y después de la misma). Personas muy cercanas que se enfadaban porque no les dejaba las visitas 24/7, o porque no les dejaba coger a mi hija como si fuera un peluche… Mis amigas de toda la vida que me decían que “anda, deja la niña un rato y sal con nosotras, que no haces más que estar en casa con la teta fuera”,… Todo con la mejor de las intenciones, pero yo cada vez me sentía más incomprendida y sola... Lo peor eran sin duda los consejos no pedidos de cualquier persona extraña… la agresión constante de personas desconocidas que tocaban, manoseaban, a mi hija, me paraban cada 2 minutos para preguntarme cosas íntimas….

A la soledad típica de cualquier maternidad, se suman las agresiones racistas diarias. Mi hija es afrodescendiente, así que el componente “exótico”, se tornó en un golpe de realidad constante en el que sí, compañeras y compañeros: SOMOS EXTREMADAMENTE RACISTAS. Salir a la calle se tornaba en una gymkana en la que tratar de esquivar que personas desconocidas tocaran sobre todo el pelo de mi hija porque “es que me encantan lxs negritos”, “es que me gstaría el pelo así”…. Y si me hubieran dado 1€ por cada vez que alguien me ha preguntado frente a ella si es adoptada, tendría pagada la universidad de la criatura...y ya sabemos cómo se van a poner las tasas para el 2030….. (Si alguien quiere profundizar en esto, le recomiendo fervientemente que lea y/ó siga en redes a Desirée.)
 
Y es que el precio de ser diferente, de hacer las cosas diferentes,  a menudo es la soledad. Por eso las personas que nos cuestionamos nuestra forma de criar, necesitamos crear alianzas. 


Llegó el momento de incorporarme al mundo laboral… y buf…. (no nos dá para entrar al debate de si el mundo laboral es lo que queremos o no cuando estamos maternando... pero la risa que dan nuestros permisos de maternidad, sí que es para decirlo...) Intenté trabajar pocas horas, y Tiré de familiares y amigas para los cuidados, exploté laboralmmetne a otras mujeres para que se ocuparan de los cuidados (no me quedaba otra, dado mi sueldo), …. Y es que no había manera. Eso de conciliar es una palabra muy bonita vacía absolutamente de significado. ¿concilia… qué?.... La ausencia de red era ya una realidad insondable, así que pensé… si no existe la red… voy a crearla yo. (de las dificultades de volver al mundo laboral tras haber sido madre, mejor no hablamos… como anécdota contar que me hicieron una entrevista para trabajar en un espacio de igualdad, donde el director era un señor, bien sñor, y una de las preguntas que me hizo fue si tenía hijxs, y cómo iba a hacer con ellxs cuando tuviera que viajar por curro… sin comentarios)

Y así es como surgió ENMADRADAS, un Proyecto de Amor,  como dice Fina Sanz. Quiero recalcar que Enmadradas la creamos 2 personas sin hijxs en ese momento (Gracias infinitas, Mario e Irene), y yo recién estrenada en mi maternidad. Pero para las 3 era clara la necesidad social, veníamos de currar tiempo juntas en lo social, y nos pusimos manos a la obra con todo lo aprendido y todo lo que nos quedaba por vivir.... Nos constituímos como asociación,y aprovechando un local de herencia familiar que nos daba la libertad de no depender de ningún organismo, comenzamos una andadura que aún está aquí hoy, con la transformación que nos da el tiempo, las personas que van pasando y la experiencia, pero con la misma esencia: generar espacios colectivos de cuidados para peques y personas adultas, desde una perspectiva de BUENTRATO. En Enmadradas generamos nuestra primera “gran familia”, nuestra red particular, cada una , con nuestras diferencias, para caminar juntas. Actualmente nos definimos como "Espacio Feminista de Cuidados"

En ese momento Kumba, mi hija, tenía 1 año y medio. El comienzo del proyecto fue un nuevo parto, lleno de ilusiones y alegrías,  de generar redes, talleres, vínculos... y el tiempo pasaba... Cuando Kumba tenía 2 años y medio, llegó la primera oferta de trabajo a tiempo completo que realmente me ilusionaba (debo decir que trabajé por obligación desde los primeros meses de mi hija, pero no tuve ninguna gana de volver a mi trabajo, UN TRABAJO QUE ADORO, hasta que ella no tuvo aproximadamente 2 años), así que entre el trabajo y un poquito de presión de mi entorno (que creo que esperaban q con curro y escuela infantil, empezara yo a ser una madre más "normal"...), acepté probar en una Escuela Infantil. Duramos 2 meses. Fue entonces cuando tuve claro que a eso no iba a ceder, que no quería meter a mi hija en un sistema donde no se pudiera atender a sus necesidades por un tema básico de ratio para empezar, y … empecé a buscar proyecto.

En aquél momento, y hablamos de 2014, en Madrid sólo 2 proyectos de “Educación respetuosa” tenían incluída la perspectiva de género de manera transversal: El jardín Pirata y Tartaruga. Afortunadamente, con el avance general de los feminismos, sé que son muchos los proyectos en la actualidad que incluyen la perspectiva de género, algo que celebro y que me parece básico en este tipo de espacios. Para mí era algo primordial a la hora de buscar un espacio para Kumba. En cuanto conocí Tartaruga me enamoré del proyecto y me metí de cabeza: mi primera experiencia en la autogestión.

En la autogestión generas redes, porque si no, básicamente… MUERES. Jajajaja… asambleas quincenales, todo el gtrabajo a cargo de las familias, el codo con codo diario, el hoy  no llego me recoges tú al peque… no hay nada como tener objetivos comunes como para generar red. Ahí llegó mi 2ª gran familia en la Crianza, que hasta hoy perdura. En Tartaruga he aprendido a ser más respetuosa con mi hija, a poner paredes de pladur, a vender naranjas, a organizar eventos, a hacer asambleas, a NO VOTAR (uau...),   a dar tiempo no solo a mi hija, sino a los ritmos del mismo grupo adulto… he aprendido a amar incondicionalmente a personas muy diferentes a mí, y también a poner límites.

Y... con el paso de los años,  seguí buscando más y más redes. He trabajado en una Escuela supuestamente respetuosa, he participado en encuentros de familias homeschoolers, he asistido a formaciones, he impartido formaciones a mujeres-madres…. Y todo esto me llevó a plantearme la importancia del enfoque feminista dentro de estas redes. Porque la “crianza respetuosa”… ¿con quién es respetuosa? Porque con las mujeres-madres, no. Aclaro: mientras no criemos en colectivo, en red, la crianza “respetuosa” supone un constante sacrificio y negación de nuestras propias necesidades como adultas, en un intento imposible de satisfacer todas las necesidades de nuestras hijas e hijos. Es como estar constantemente en una balanza en la que o bien "el/la peque demanda demasiado" o la mujer-madre siente que "soy una mala madre, no puedo más, no puedo darle lo que necesita en cada momento". Enfado y culpa.... que no ayudan en las crianzas, precisamente. No somos omnipotentes como madres, ni falta que nos hace! Lo que nos hace falta es RED, RED, Y MÁS RED. Queremos criar a nuestrxs hijxs de una manera diferente, lo que en muchas ocasiones nos genera soledad y aislamiento de los núcleos familiares tradicionales. Nos necesitamos…

Hablando de diversidad, otras de las reflexiones que os quería compartir que me han llegado a lo largo de estos años de búsqueda y creación de redes, es la poca diversidad que encontramos en nuestros proyectos (me refiero a grupos de crianza, escuelitas, escuelas de madres-padres, asociaciones...). ¿cuántas familias monomarentales hay? ¿cuántas racializadas ó migrantes? ¿cuántxs peques con diversidad funcional? ¿cuántas familias del colectivo LGTBI?...  y así un largo etcétera, que nos lleva a cuestionarnos la ACCESIBILIDAD (no sólo en un aspecto material-económico) de este tipo de redes que recién estamos generando.

(como véis, yo lo que tengo son muchas preguntas sin respuesta… pero creo que pueden ser interrogantes comunes, que nos ayuden a repensarnos)

Y como no: en estos años de búsqueda, también he visto muchos proyectos terminar…. Florecer y morir. Lo que me lleva a cuestionarme dos cosas:

-          LA PRIMERA es qué necesidades tenemos los colectivos que conformamos los proyectos, y cómo las instituciones públicas nos pueden apoyar, como es el caso de Rivas. Muchos de los proyectos terminan por dificultades propiamente espaciales ó económicas, con lo que creo que podríamos afirmar que los municipios, provincias y comunidades tienen mucho que hacer a lo largo y ancho de todo el Éstado Español.
-          LA SEGUNDA ES que es muy importante el CUIDADO Y AUTOCUIDADO DENTRO DE ESTOS PROYECTOS. Los proyectos asociativos ó autogestionados conllevan un montón de trabajo, mucho curro colectivo y personal, tiempo, ganas y energía. Y una constante sensación de eestar apagando fuegos, lo que es agotador. Necesitamos desdansar a veces, y sobre todo no perder el ojo de los CUIDADOS DEL COLECTIVO, y sobre todo del CUIDADO DEL SISTEMA, DE CADA UNA DE LAS PERSONAS QU ELO CONFORMAN, para asegurarnos la continuidad de proyectos como los que vamos a ver a lo largo de esta tarde, que no son sólo maravillosos, sino necesarios para caminar hacia ese futuro mejor que, en el fondo, todas imaginamos…

Así que vamos a terminar, para dar paso al turno de preguntas y aportaciones, poniendo el foco en la IMPORTANCIA DE VALORAR todo lo positivo que tiene participar en proyectos como los que aquí se dan… Valorar que todo nuestro esfuerzo SÍ merece la pena, que JUNTAS SOMOS MÁS FUERTES, y que, cada una desde su lugar, su momento y sus condiciones, estamos dando todo lo mejor de nosotras para criar personas que hagan del futuro el lugar que queremos.

¡¡¡LARGA VIDA A LAS REDES DE CRIANZA!!!

Gracias

Verónica B. Alcobendas"

* Para terminar, quiero repetir aquí una frase de una de las asistentes a la Jornada (creo que te llamabas Paloma, gracias infinitas por asistir, por existir y por lo que compartiste): "LO MÁS INCREÍBLE DE TODO ESTO ES EL EFECTO TRANSFORMADOR QUE TIENE LA INFANCIA CUANDO LLEGA A NUESTRAS VIDAS".

Esto lo resume todo. Da para otro post... pero será otro día.

Una cancioncita para terminar sí! (domingo soleado...)