viernes, 26 de septiembre de 2014

El matrix de las madres

Pintura de Leandro Lamas










Corren malos tiempos. Para la lírica, para la política (chao, Gallardón!), para el carro de la compra y para todo lo demás.... pero si hablamos de la Maternidad, no es que sean malos tiempos, es que es un arrepentirse constantemente de no haber elegido la pildorita azul....

Porque se habla mucho de "maternidades", pero se escucha poco a las madres. Se habla de "maternidades" como si todas fueran una misma, desde lo racional, tratando de comprender algo que sólo es real desde el hecho biológico, la intuición y  la emoción; se habla de "maternidades" como se habla de fúrgol: todxs opinamos, pero nadie sabríamos qué hacer cuando nos tocara llegar a ser -diosa no lo quiera- entrenadora del Real Madrid (muahahahahaaa....).

Y es por eso, por tantx opinólogx de barrio, y por tanta racionalización de la maternidad -y de la vida misma,....-, y por tanta tesis doctoral, y por tantO ginesauriO y tanta leche, que cuando a una le toca lo de ser madre... Se encuentra, por lo general, como muy perdida.

Primero crees que es por las hormonas -por no hablar de todas las drogas innecesarias con las que atienden, también innecesariamente, nuestros partos-, después porque "hay que habituarse", después porque los cólicos de la lactante, después por una mastitis, después porque salen los dientes coincidiendo con que te tienes que incorporar de la (mierda de) baja maternal, a tu (mierda de) curro, después... y después y después y después.....

Y llega un día, en que te das cuenta de que no es por nada de eso.

Es porque, tener una hija/o, es abrir la Caja de Pandora.... A no ser que cierres los ojos muuuuy fuerte, hagas todo lo que te dice tu madre-suegra-pediatra-vecina-pareja-amiga-desconocida (al final, opina hasta la apuntadora!); a no ser que vayas de vuelta al trabajo a las 16 semanas de parir delgada, feliz y dispuesta a triunfar en tu trabajo (que según te dicen, es lo que en realidad te hace sentir "realizada"!), a no ser que sigas la programación de papillas y leches de bote estipuladas por algún americanO, a no ser que seas una ovejita callada y mona, que se adapte al sistema... Estás jodida cariño.

Y por supuesto, aunque estés callada y mona y adaptada, que si eso es tu deseo es maravilloso, vendrá alguien que te dirá que no estás haciendo lo que tienes que hacer.

Si además tratas de ser feminista, (y digo tratas, porque todxs somos  machistas; y despojarse de SIGLOS de educación en el patriarcado es una tarea ardua),  te niegas a escolarizar a tus hijxs en un sistema que (salvo excepciones) uniformiza, aliena y destruye cualquier ápice de creatividad e idiosincrasia; si no quieres parques de bolas, centros comerciales, tablets, circos ni faunias (o cualquier lugar donde aprisionen y torturen animales).... o si das la teta a tu hijx con dientes... 

Ya no hay vuelta atrás, querida. Tomaste la pildorita azul. Te has vuelto rara! 

Y cada vez que -sí o sí...- tienes que volver a entrar en Matrix a comprar el pan ("esta niña es muy antipática, no da besos"/ "necesita una figura paterna" / "no estaría mejor en una guardería?" / "¿es adoptiva?"/ "es una princesita preciosa, le van a salir muchOs noviOs"/ "uy, qué mal carácter tiene!" / "¿todavía toma tetaaaaaaa?" / "si me das un beso te doy una chuche" / ... etc....); te das cuenta de que nunca, nunca hay vuelta atrás.

Siempre adelante, compañeras! Salirse de lo establecido implica mirar al vacío: aún se están generando las nuevas formas de... de todo: de ser madre / padre, de relacionarnos con las personas, de relacionarnos con el trabajo, de relacionarnos con el medio ambiente.... Pero lo importante es QUE SE ESTÁN GENERANDO.




Juntémonos, pensemos juntxs, rarxs y "normales", mujeres y hombres, peques y adultas... Hay mucho camino que hacer. 

 Quien sienta que está saliendo de Matrix y se quiera apuntar, ya sabe dónde estamos!




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